José Ignacio Carnero, autor de 'Hombres que caminan solos': "Está mejor vista la persona que consume drogas para trabajar más que el que no puede hacerlo por una depresión"

  • hace 3 años
"Aunque estemos acompañados, en el fondo estamos solos", dice José Ignacio Carnero sobre el título de su última obra, 'Hombres que caminan solos'.

Una novela que es un relato sobre la depresión, pero también sobre la fragilidad y la vulnerabilidad humana. Una enfermedad de la que aún se habla en voz baja -a pesar del riesgo para la salud mental que puede traer la pandemia del coronavirus- y que alude a esos hombres que quieren pedir ayuda, pero quién sabe si por educación, creencias, vergüenza o miedo, no saben cómo.

"Coincido en que 'gracias a' la pandemia se oye más hablar de la depresión, imagino que porque la crisis del coronavirus ha puesto una marcha más en el cerebro de la gente y esto ha provocado que aumenten los casos. Está dejando de ser una enfermedad silenciosa como lo era antes", dice en esta entrevista con Periodista Digital.

"Creo que se va superando ese miedo a hablar de ella", reflexiona el autor bilbaíno en esta charla. Carnero opina que el hecho de ser hombre no ayuda a enfrentar esta situación: "La otra cara de la moneda del privilegio que los hombres que hemos tenido es asumir este rol muy determinado, que paga bastante mal la vulnerabilidad extrema".

"El hombre arrastra comportamientos como tener que dar siempre respuestas y mostrarse ante los demás con alguien muy determinado, se ve que los hombres de la novela gestionan regular sus emociones, no son hábiles en ese aspecto. Y eso viene dado porque el hombre suele representar la acción y la mujer la emoción, por ser esquemáticos".

"El problema -continúa- es que la acción en el hombre deprimido es más bien poca, lo que conlleva desorientación e inutilidad".

El escritor vasco apela al "sentimiento comunitario" para hacer frente a esta situación. "Se me ocurren pocos problemas que sean exclusivamente individuales y muchas menos soluciones que sean exclusivamente individuales. Parte de las solución está en nuestras manos pero no como dogma, si aumentan este tipo de trastornos, parte del problema estará en la sociedad".

Y para finalizar, esta reflexión sobre el propio funcionamiento del sistema: "Esta mejor vista la persona que consume drogas libremente para trabajar más y aumentar el ritmo que aquella que no puede trabajar por una depresión".

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